Davo: «Cuando fui a ver mi primer partido en la grada de Riazor yo me enamoré»

TORRE DE MARATHÓN

Davo
Davo CESAR QUIAN

Jugaba en Cerceda cuando pisó la grada y se quedó prendado del equipo y su hinchada: «Meter el gol del ascenso sería... piel de gallina durante años»

06 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Davo y el Deportivo viven un cuento de hadas. El delantero, nacido en 1994 en Ourense, en una pequeña aldea de O Pereiro de Aguiar llamada Vilariño, emigró recién nacido a Tenerife y luego a Luarca. Ya como futbolista jugó en Ibiza, Polonia y Bélgica, pero cuando pisó por primera vez Riazor supo que había encontrado su lugar. Fue en un Dépor-Barcelona que acabó con el equipo culé campeón de Liga, los coruñeses en Segunda División y el atacante prendado de una hinchada a la que aún ahora trata de enamorar con su fútbol. El domingo (17.00 horas, TVG-2) tendrá otra oportunidad frente al Unionistas.

—¿Cómo se ve? ¿Mejor que en el inicio de temporada?

—Sí. También es cierto que este es el primer año que juego tanto en la banda derecha. Otras veces alternaba más la izquierda y la delantera, donde me siento más cómodo, pero ahora estoy aprendiendo a diferenciar los momentos del partido, lo que pide cada uno, a meterme por dentro cuando lo requiera, a quedarme abierto cuando deba ser... Estoy mejorando como extremo derecho y, desde que se inició la temporada, he dado un paso adelante.

—¿Juega con menos tensión?

—Puede ser. Está feo decirlo, pero yo cuando tengo mucho tiempo para pensar suelo decidir mal. Ahora ya me sale más automático todo lo que tengo que hacer. Es decir, cuando tengo que hacer un desmarque de ruptura, hacerlo de verdad; cuando tengo que dar apoyo, apoyar sin rodeos; eso ya me sale más automático.

—¿Se pone nervioso?

—No sé si la palabra es nervioso, pero sí que cuando tengo dos opciones tiendo a quedarme en medio. Me cuesta decidirme. Si me dan poco tiempo, suelo decidir bien.

—¿Cómo se entrena eso?

—Hay que automatizarlo. A mí me llaman El pesao, porque me gusta quedarme al final del entrenamiento con los porteros y algún compañero más tirando, tirando y tirando, pero se nota la mejoría. Hemos hecho la acción esa del delantero que se va solo desde el mediocampo y tiene mucho tiempo para pensar qué va a hacer con el balón. Solo vale entrenarlo, decir: vete solo y apáñate. Esa es la única manera de mejorar.

—A lo mejor hay también alguna estrategia psicológica que le pueda ayudar.

—Yo creo que lo mejor es la experiencia: entrenarlo y ver lo que hace un portero u otro, y lo que se te pasa a ti por la cabeza cuando llegas a la altura del área. Lo mejor es entrenarlo y ver cuál es la mejor opción.

—Lleva 6 goles, ¿qué supondría marcar el gol del ascenso para usted?

—Cumplir un sueño. A mí de pequeño ya me gustaba el Dépor, porque en Luarca hay muchísimos seguidores y siempre te lían para ver los partidos, pero no supe cuánto hasta que vine a jugar aquí con el Cerceda. Para mí fue de los peores años futbolísticos, porque estuve cuatro meses parado en el Bouzas, luego me echaron de allí medio mal, y llegué a Cerceda, que íbamos últimos, y aunque el grupo humano era increíble, futbolísticamente fue de lo peor que me ha pasado. Estando en el equipo, fui por primera vez a Riazor en el partido en que el Barcelona ganó la Liga y el Dépor descendió a Segunda. Y yo me enamoré. Me perdí, porque nos dieron las entradas a cada uno por un lado. Me perdí por Riazor y acabé donde los ultras, en Marathón Inferior, allí cantando… yo me quedé enamorado ese día del Dépor. Si ya me gustaba entonces, imagínate a partir de ese día. Yo vivía en Arteixo y me acuerdo de venir paseando a Riazor con la que es ahora mi mujer y le decía: «Imagínate ir andando desde casa a Riazor para jugar»… ¡Y ahora vivo al lado! Lo que me está pasando este año es un sueño hecho realidad. Así que meter el gol del ascenso sería… piel de gallina durante años. Pero lo importante es que el Dépor ascienda.

—¿Si sube, se queda?

—Si juego un número determinado de partidos, que creo que ya están, y el Deportivo asciende, tengo contrato para el año que viene. Pero lo único que me importa es que el equipo suba. Si lo conseguimos y sigo, estaré encantado; y si sube y no estoy, también, porque trataré de aprovechar mi experiencia aquí.

«Tenemos ahora 58 puntos y quedan 24 en disputa, pero vamos a tener que irnos a los 75»

El futbolista considera que el Dépor necesitará muchos puntos para ser campeón.

—Sin Lucas ni Mella, pero con usted y Hugo Rama, han llegado dos victorias consecutivas, ¿eso habla bien del papel de los suplentes en el Dépor?

—Ahora mismo estamos todos a buen nivel, pero es verdad que llegar a la altura de Lucas es… otra película diferente. Mella estaba también a un rendimiento espectacular hasta que se fue con la selección. Para eso se hizo una plantilla amplia, para que cuando alguien baje el rendimiento, o haya lesiones, o tarjetas, se mantenga el nivel todo el año.

—¿Compite mejor el equipo fuera que en casa?

—Yo creo que no. En Riazor la afición nos ayuda mucho. En cualquier balón apretado por nuestra presión alta la gente se viene arriba. Eso se percibe muchas veces en el césped y, aunque el partido no vaya como quieres, te vienes arriba. Y, al mismo tiempo, al rival lo empequeñece.

—Usted ya subió con el Ibiza, ¿qué aprendió de aquel ascenso?

—Lo que nos llevó a ascender aquel año fue que todos estábamos en la misma dirección. Y aquí pasa lo mismo. Hablaba con mi familia y los compañeros después del partido contra la Cultural, que perdimos y el líder nos sacaba diez puntos entonces, y les decía que íbamos a ganar la Liga. Lo que no sabía es que íbamos a tener esta racha, que para mí tiene un mérito increíble.

—¿Le creían?

—No, alguno pensaba que estaba chalado. Pero lo cierto es que aún no hemos conseguido nada. Ahora tenemos una final contra el Unionistas y hay que seguir.

—¿Cuántos puntos cree que harán falta para el ascenso directo?

—Tenemos ahora 58 y quedan 24 en disputa. Vamos a tener que irnos a los 75, quizá hagan falta al menos 17 más. Va a ser todo muy igualado hasta el final.