Una casa difícil de colocar

Nacho mirás SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La finca y la vivienda de Cacheiras que la investigación sitúa como posible escenario del crimen se vende por casi un millón de euros

01 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Nuestra experiencia a día de hoy es que este tipo de propiedades no tienen comprador porque no hay demanda en el mercado». El que habla es un experto agente inmobiliario de Santiago -que prefiere quedar en el anonimato- ante el anuncio de venta de la casa que construyó el abogado Francisco Porto Mella en Cacheiras (Teo), la propiedad donde los investigadores sitúan el escenario probable de la muerte de su nieta, Asunta Basterra Porto.

El anuncio de la finca de 10.000 metros cuadrados sobre la que se levanta una casa de 400 útiles todavía está disponible en varios portales especializados a través de Internet, con precios que varían entre los 900.000 y los 990.000 euros. «Puede haber algún cliente que te pida un chalé exclusivo porque viene de una gran empresa -añade-, pero a día de hoy semejante propiedad no encontrará comprador».

En el momento económico actual, el experto señala que la única salida que tendría el vendedor sería que se interesase una firma de hostelería para explotarla como casa rural, pero el importe es demasiado elevado. «Cuando alguien vende una casa de este estilo -dice el agente- suele pedir mucho porque en el precio le mete el valor sentimental que pueda tener, pero eso al comprador le da igual, porque tendrá que adaptar la propiedad a sus circunstancias».

Toda una propiedad

Cuatrocientos metros cuadrados de casa, 10.000 de solar, cinco habitaciones dobles, cinco baños, alumbrado, asfaltado, lavadero, comedor, terraza, piscina, cancha de tenis, bodega... Los anuncios, que fueron renovados el pasado 16 de septiembre en, al menos, dos de las webs en las que están insertados, realizan una completa descripción de la mansión e incluyen las imágenes que acompañan esta página.

El casi millón de euros de la propiedad que hoy figura a nombre de Rosario Porto Ortega dista mucho de las escasas operaciones inmobiliarias de compraventa que se cierran en las agencias de la capital de Galicia. «Lo que busca la gente de Santiago son pisos o casas pequeñas, de dos o tes habitaciones, que no supongan un desembolso mayor de unos cien mil euros. Ya no es momento de grandes propiedades».

Otro obstáculo para la venta, además del precio y el tamaño: que la fiebre de irse a vivir en las afueras ha decaído, así que si alguien estuviera dispuesto a pensarse la operación, en todo caso, sería muy por debajo de las expectativas del vendedor. La situación procesal de la propietaria, no obstante, y todo lo que rodea a la muerte de la pequeña Asunta imposibilitan una venta a medio plazo.

Después del registro efectuado en la casa y en la finca el miércoles de la semana pasada, la Guardia Civil procedió al precintado del portalón de acceso. Las televisiones siguen montando guardia frente al número 44 de Pobra y algún vecino no duda al describir como «unha feira» el lugar, sobre todo durante la jornada del domingo. Y no tanto por los medios de comunicación que no se mueven, sin por la cantidad de personas que acuden al lugar para saciar su curiosidad. Lo mismo ocurre en la pista forestal de Feros, a casi cinco kilómetros de la finca de Rosario Porto, donde es constante el trasiego de vehículos que se acercan a la cuneta en la que apareció el cadáver.