Luz Pardo Longueira, gerente de Gestán y Cafés Lúa: «No puedo vivir sin el mar»

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCÍA

Nacida en Buño y residente en Baldaio, lleva 35 años como empresaria

28 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

A sus 55 años, Luz Pardo Longueira lleva más de la mitad de su vida como emprendedora. Nacida en Buño, «en casa, no en el hospital», y afincada en Carballo, fue cofundadora, junto con su marido, Antonio Vázquez, de Cafés Lúa, sociedad inaugurada hace casi 35 años. De forma paralela es consejera delegada de Gestán Servicios Ambientales y acaba de abrir un negocio hotelero familiar basado en la calidad y en la eficiencia energética. Además, desde hace cinco años es vicepresidenta de la Cámara de Comercio. A través de sus empresas genera más de 200 puestos de trabajo directos. La facturación anual supera los 36 millones de euros.

—¿Qué queda de aquella niña nacida en Buño?

—Seguramente queda mucho. Tengo el concepto de que las personas no cambiamos. Soy muy del entorno, de la familia, los amigos... Vivo en Baldaio. Me gusta el mar, amo el mar. Desde niña. Me encanta pasear junto al mar, viajar y disfrutar de los míos.

—¿Cómo se definiría?

—No puedo vivir sin el mar, literalmente [sonríe]. Me considero una persona muy dinámica, que siempre le está dando vueltas a la cabeza sobre cómo llevar a cabo una idea. Y siempre me iba a pensar al mar. Antes de tener la casa en Baldaio, me cogía el coche y me iba para allí a pensar. Me relajaba. Y me relaja.

—Usted se introdujo muy joven en el siempre complejo mundo de los residuos.

—Gestán, como empresa, nació en el 2002, aunque el germen fue cosa de mi padre, Perfecto Pardo, —su madre se llama Edelmira—. Mis padres emigraron a Alemania y siendo nosotros muy pequeños regresaron a España. Mi padre compró un camión, se dio de alta como autónomo y se puso a dar servicio de transporte de áridos y materiales para la construcción. Por aquel entonces, los residuos, tal y como los entendemos hoy en términos de gestión y tratamiento, no existían. Hacia el final de su vida laboral y siendo nosotros más mayores —tiene un hermano, Luis— nos comentó la posibilidad de continuar con el negocio. Percibía que había un nicho de mercado en el sector ambiental. Pero, claro, a él le cogió la idea con 65 años, pero nos propuso constituir una empresa a nombre de los tres, a partes iguales. Con mi padre estuvimos cuatro-cinco años y recuerdo que nunca tomaba decisiones relevantes. Nunca nos tuteló. Creo que lo que más le gustaba era que pudiéramos trabajar los tres juntos hasta que, al final, la empresa quedó en manos de los dos hermanos.

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—Y de ahí, al grupo que ahora es Gestán Servicios Ambientales.

—Luis y yo empezamos buscando las opciones en la gestión de residuos. Montamos una instalación de valorización en Arteixo, luego ampliamos a Sobrado, Santiago, A Coruña, As Pontes.....

—Pero antes de Gestán nació Cafés Lúa.

—Sí. Cafés Lúa lo fundamos mi marido y yo justo un año después de casarnos. En 1989 montamos el tostadero y, poco a poco, fuimos creciendo. Ahora estamos muy presentes en el comercio on-line y el gourmet. 

—¿Por qué se metieron en el mundo de café?

—En este caso la idea fue de Toni. Él quería algo vinculado a la producción, algo industrial-artesanal, no tanto vinculado al sector servicios. La verdad es que el proyecto que planteó me enganchó y fuimos a por él.

—Y ahora se acaba de introducir en el sector hotelero.

Espazo es un proyecto familiar, en el que también están involucradas nuestras hijas, Laura y Ana. Y surge un poco por el apego que tenemos toda la familia por todo este entorno de Razo-Baldaio. Fue una oportunidad y la tratamos de aprovechar. Tengo que reconocer que siempre tuve el gusanillo de introducirme en el sector turístico, como algo pequeño, cuidado, respetuoso e integrado en el medio ambiente, con unas instalaciones acogedoras. Y creo que Espazo reúne todas esas cualidades.

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«Lo que me fascina de un proyecto es crearlo y diseñarlo» 

Licenciada en Empresariales, Luz Pardo tiene claro que quiere continuar el pie del cañón.

—Después de 35 años emprendiendo ¿con qué se queda?

—Decisiones malas habré tomada sabe Dios cuántas. Pero tampoco me arrepiento de nada, es el bagaje de la vida. Aciertas, fallas, pero siempre aprendes. Para mí lo más importante de un proyecto es pensarlo, crearlo, diseñarlo, ejecutarlo y pensar en cómo mejorarlo. Yo me divierto en mi trabajo, me encanta emprender, pero lo más importante siempre es dejarse asesorar y tener un equipo alrededor que te indique el camino, porque, evidentemente, yo no puedo abarcar todos los aspectos de un proyecto.

—Dadas las exigencias parece que uno tiene que saber de todo, de leyes, de economía, de medio ambiente, normativas...

—Es verdad. Nosotros montamos pymes, luego podrán crecer más o menos, pero no dejan de ser pymes. Y al final necesitas saber de todo.

—¿Qué es lo que peor del día a día?

—El papeleo [sonríe]. Me gusta crear, pensar en el plan de márketing y de negocio... Conocer todos los aspectos de la empresa, porque es mi obligación, pero todo lo que tiene que ver con lo normativo y el papeleo, si puedo, lo delego. De hecho, mi hermano lleva la parte operativa de la empresa y yo me centro más en la parte más administrativa y corporativa. Pero ambos compartimos ambas parcelas y el día a día.

—¿Cuál es la decisión empresarial de la que se siente más satisfecha?

—Fue en el 2008, en plena crisis económica y financiera. Fue la ampliación que acometimos mi hermano y yo en Gestán. Hubo que afrontar una inversión millonaria, que nos requirió buscar financiación. Pero gracias a aquella decisión logramos que la empresa alcanzara una posición privilegiada y de liderazgo dentro del sector de la gestión de los residuos.

—Gestán, Espazo Nature, Cafés Lúa y vicepresidenta de la Cámara. Con tanto crecimiento ¿no tiene la sensación de que todo va muy rápido y a lo mejor es el momento de echar el freno?

—No, nunca la he tenido. Nunca te planteas que vas a crecer. Las oportunidades surgen y las analizas. Y en nuestro caso además se ha dado otra circunstancia favorable. Tenemos un equipazo trabajando con nosotros. Desde siempre. Nuestros compañeros y nuestros trabajadores son uno de nuestros principales activos. Gente con mucho talento que no queremos perder. Le voy a poner un ejemplo: nuestra directora general empezó con nosotros como becaria hace 22 años .